Comer bien para caminar mejor (Enfermedad de Parkinson)

La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en el mundo después de la enfermedad de Alzheimer. Algunos de los síntomas que se manifiestan en la enfermedad incluyen temblor en estado de reposo, rigidez, aumento de la tensión muscular y resistencia al movimiento e inestabilidad de la postura por pérdida del equilibrio lo que lleva a frecuentes caídas.
Un reciente estudio nos ha mostrado que las dietas bajas en grasa así como dietas con tendencia cetogénica (altas en lípidos, adecuadas en proteínas y bajas en hidratos de carbono) parecen ser seguras y pueden ser saludables en pacientes con enfermedad de Parkinson (EP).  Pero no sólo porque mejoren el estado general global, sino que al parecer determinados programas dietéticos pueden mejorar significativamente los síntomas motores y no motores de la enfermedad. Es conveniente dejarse asesorar por un nutricionista que te recomiende la alimentación más adecuada.
Los investigadores partían de la evidencia preliminar que ya sugería que un correcto ajuste en la dieta puede influir en los síntomas motores y no motores en la enfermedad de Parkinson pero la proporción ideal de grasa a carbohidratos aún no se había establecido, al haber varias teorías aparentemente contradictorias en juego. Por ejemplo, se sabía que una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos podía facilitar la captación de tirosina y / o desencadenar un aumento de la dopamina inducido por la insulina (es decir, la mayor liberación de la sustancia que característicamente falta en los pacientes con Enfermedad de Parkinson). Por otro lado, se pensaba que una dieta “cetogénica” con alto contenido de grasas y baja en carbohidratos puede inducir reacciones químicas que mejoran la fosforilación oxidativa mitocondrial y el metabolismo energético de las neuronas centrales y periféricas.
Con estos datos preliminares se diseñó un estudio en el que se explicaba a los pacientes las instrucciones para una correcta dieta (dieta cetogénica): listas de compras semanales, menús diarios, recetas sugeridas y formularios para registrar los niveles de glucosa y cetona en sangre.
Los pacientes también recibieron instrucciones de tomar sus medicamentos (levodopa) al menos 1 hora antes o después de cualquier comida. Los parámetros metabólicos y las valoraciones de evolución de la enfermedad de Parkinson fueron periódicos y frecuentes durante el estudio.
Al final del estudio, los pacientes en el grupo que llevó una dieta cetogénica obtuvieron mejores calificaciones que los pacientes en el grupo con dieta baja en grasa en relación con problemas urinarios, capacidad motriz, dolor, fatiga, somnolencia diurna, complicaciones del tratamiento y deterioro cognitivo.
El índice de masa corporal en ambos grupos disminuyó significativamente, aunque los índices de buen control glucémico mejoraron en el grupo de dieta cetogénica pero no en el grupo con bajo contenido de grasa. No se observaron diferencias entre los grupos en los niveles de triglicéridos o CRP, pero los niveles de colesterol de baja densidad y colesterol total y urato disminuyeron en el grupo bajo en grasa y aumentaron en el grupo cetogénico.
El hambre excesiva fue el principal efecto adverso reportado entre los pacientes en el grupo bajo en grasa. A pesar de los datos finales, un empeoramiento intermitente del temblor y / o la rigidez se informó en varios pacientes en el grupo de dieta cetogénica.
Mas allá de las conclusiones específicas para cada dieta, lo que este estudio contribuye a demostrar es, una vez más, que la dieta puede desempeñar un papel en el manejo de la Enfermedad de Parkinson y que los diferentes mecanismos de acción de las dietas bajas en grasas o altas y las dietas cetogénicas o por el contrario dietas altas en carbohidratos, pueden ser beneficiosos, cada una a su manera.
En este estudio en concreto los investigadores señalaron que la dieta cetogénica podría jugar un papel complementario junto con la terapia con levodopa en el control, sobre todo, de síntomas no motores de la enfermedad.
Fuente: Phillips M, Murtagh D, Gilbertson L, et al. Low-Fat Versus Ketogenic Diet in Parkinson’s Disease: A Pilot Randomized Controlled Trial [abstract]. Mov Disord. 2018;33 (suppl 2).

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