VITAMINA D y COVID-19

El suplemento con altas dosis de vitamina D podría representar una alternativa para prevenir o tratar la infección por COVID-19 (Mansur et al, Mayo 2020) o Vitamina D para COVID-19: ¿un caso a responder? (Martineau et al. Agosto 2020) son solo dos de los muchos estudios que relacionan la importancia del nivel de vitamina D como método preventivo frente al coronavirus.

Según varias publicaciones, la vitamina D actúa como modulador de la producción de citoquinas, un tipo de proteína que desencadena una respuesta inmunitaria que si se descontrola puede dar lugar a reacciones autoinmunes letales, que atacan al propio organismo.

Hay estudios epidemiológicos que han demostrado que la deficiencia de 25-hidroxivitamina D, supone un riesgo notable para el desarrollo de COVID, y esto ha llevado a plantear en algunas zonas a aplicar un tratamiento preventivo con vitamina D a las personas de más edad para protegerlos.

¿Qué sabemos de la vitamina D?

Además de ser una vitamina, es una importante prohormona con múltiples efectos en diferentes tipos de tejidos y en diversos procesos fisiológicos.

La prevalencia de la deficiencia de vitamina D es más alta de lo que se creía, incluso en países donde la exposición solar es mayor. Actualmente ya se están tomando medidas para evitar y detectar esta deficiencia, y por tanto disminuir el riesgo de padecer un buen número de enfermedades.

Fuentes de vitamina D

La vitamina D3 o colecalciferol se obtiene fundamentalmente de dos fuentes básicas: la dieta (10%) y la producción endógena por la exposición de la piel a los rayos UVB de la luz solar.

La forma natural de la vitamina D en los animales y la forma que se sintetiza en la piel humana es el colecalciferol (vitamina D3). El ergocalciferol (vitamina D2) es un producto sintético derivado de la irradiación de esteroles de plantas (ergosterol).

Para ejercer sus efectos fisiológicos, la vitamina D debe convertirse a su forma activa: después de una serie de procesos, se favorece la conversión de vitamina D3 a 25-hidroxivitamina D3 (conocida también como calcidiol o hidroxicolecalciferol) que es la forma circulante de vitamina D3 y por tanto el mejor indicador de los niveles de esta vitamina. Esta forma es biológicamente inactiva, y debe convertirse en los riñones a 1,25-dihidroxivitamina D3, la forma activa.

Algunas funciones/acciones de la vitamina D:

  • Juega un papel central en regular el metabolismo mineral óseo: es un componente esencial de las interacciones entre los riñones, el hueso, la glándula paratiroides y el intestino, que mantiene los niveles de calcio dentro de unos límites estrechos, con el fin de mantener la integridad del esqueleto.

Cuando hay suficientes cantidades de vitamina D, la absorción intestinal de calcio es de aproximadamente el 30% y puede llegar a ser de 60-80% durante periodos de crecimiento activo. En estados de deficiencia de vitamina D, la absorción intestinal de calcio es solo de 10-15% y hay una disminución en la reabsorción total de fosfato.

  • Diabetes tipo 1. Diferentes estudios muestran que el incremento en la ingesta de vitamina D tempranamente puede reducir el riesgo de diabetes Mellitus tipo 1.
  • Diabetes tipo 2. La mejoría en el estatus de vitamina D en pacientes diabéticos tipo 2 mejora la resistencia a la insulina.
  • Enfermedades cardiovasculares: los niveles circulantes de vitamina D, según diversos estudios, podrían estar relacionados con los niveles de presión arterial y riesgo cardiovascular. La ingesta alta de vitamina D reduce de forma significativa la dureza de las paredes arteriales, un factor precursor de hipertensión y de la formación de la placa arterosclerótica.
  • Sistema inmune: la vitamina D tiene múltiples efectos sobre la función del sistema inmune, favorece el control de las infecciones, de las enfermedades autoinmunes y el rechazo a los trasplantes por ambiente tolerogénico.

Parece existir una relación entre vivir a mayor latitud, asociado probablemente a niveles bajos de vitamina D, y mayor riesgo de enfermedades como esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, artritis reumatoide, lupus, tiroiditis y diabetes Mellitus tipo 1.

Fuentes de vitamina D.

La vitamina D puede ser ingerida por fuentes naturales, alimentos fortificados o suplementos vitamínicos (en estos debe evaluarse si contienen vitamina D2 o D3 y sus cantidades).

Fuentes naturales

Salmón fresco o enlatado

Sardinas

Atún

Aceite de hígado de bacalao

Yema de huevo

Champiñones

Exposición solar:

Es la mejor estrategia para obtener cantidades adecuadas de vitamina D3 endógena.

La duración de la exposición deberá ser exponiendo brazos y piernas, de 5 a 30 minutos (dependiendo del día, estación, latitud y pigmentación de la piel) dos veces por semana.

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